martes, 10 de diciembre de 2013

Al carecer de argumentos, la Codehupy hace una defensa irracional de criminales

Para cualquier Estado, el respeto a los derechos humanos es de relevancia capital. Marca su grado de avance en la consi- deración de las personas. Es, por lo tanto, imprescindible la denuncia de cualquier violación de los mismos. Para ser creí- ble, sin embargo, toda denuncia debe ser responsable. La presentación de la Coordinadora de Derechos Humanos del Paraguay (Codehupy) ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) carece de argumentos que le den seriedad y hace sospechar sobre sus intenciones.

La Constitución apuesta de manera categórica a favor de los derechos hu- manos, en sus diversas facetas. No permite ambigüedad alguna con res- pecto a su tratamiento. O los organismos del Estado lo respetan o no lo respetan. No hay niveles intermedios que permitan navegar en dos aguas para sacar partido en provecho de intereses creados.

Dada su alta sensibilidad y repercusión política, la tentación que existe, para cualquier Estado y las organizaciones que defienden los derechos humanos, es la manipulación. Su contenido explosivo puede ser acomo- dado a principios que no necesariamente tengan como propósito salva- guardar la dignidad de las personas, sino que servir a intenciones disfra- zadas debajo de ese valor universalmente reconocido. En la historia so- breabundan los ejemplos en la materia. 

La Codehupy acaba de presentar ante la CIDH -de la Organización de los Estados Americanos (OEA)- una denuncia contra el Gobierno del presidente Fernando Lugo por violación de derechos humanos. Para esa organización no gubernamental, hay atropellos sistemáticos de ese valor a través de ejecuciones, desalojos forzosos y otras formas de persecución a las personas. 

Esas situaciones están vinculadas, sobre todo, a las muertes -en manos de miembros de las fuerzas de seguridad- de militantes del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), a investigaciones derivadas del accionar de este grupo de delincuentes y a medidas concretas adoptadas en contra de los sindicados como próximos a los mismos. 

Si bien en su momento la Codehupy y otros sectores denunciaron violaciones a derechos humanos, hasta ahora no hubo argumentos con- vincentes que permitan concluir que este Gobierno transgrede su Carta Magna, la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y la Con- vención Interamericana de Derechos Humanos (Pacto de San José de Costa Rica). 

La Codehupy actúa de modo irresponsable al llevar al seno de la CIDH denuncias que no pueden sustentarse razonablemente en el campo de los hechos. Sin la prueba de la verdad, su presentación no pasa de ser un recurso demagógico. Como tal, carece de autoridad moral y su impacto se diluirá en una atención mediática destinada a esfumarse con el correr de los días. 

Atendiendo a que el Gobierno paraguayo actúa, con respecto a los dere- chos humanos, en el marco de la legislación vigente, habrá que pregun- tarse qué persigue la Codehupy. Al no tener fundamentos que avalen su posición, su actitud se acerca más a la defensa irracional de un grupo de criminales que no respetan la vida ni los bienes de las personas, antes que al amparo principista de inalienables derechos.

Fuente: http://www.ultimahora.com/al-carecer-argumentos-la-codehupy-hace-una-defensa-irracional-criminales-n371914.html

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