lunes, 18 de febrero de 2013

El PLRA camina hacia su extinción


El PLRA, más específicamente su presidente Blas Llano, vio en la crisis de Unace -tras la sorpresiva muerte de Lino Oviedo (el 2 de febrero)- una oportunidad electoral única. Quiso convertir el trágico azar en voto útil para el candidato Efraín Alegre. Su tesis fue apoyada por el clan Franco y Tito Saguier.


Pero al nuevo Maquiavelo de la política criolla no le salió la jugada. En esta arriesgada y torpe negociación, la dupla Alegre-Filizzola -que ya iba rezagada frente a su adversario colorado- empeoró su posición, quedó coja y con sospechas de desesperación electoral.

Para intentar entender las movidas de los altos jefes partidarios liberales y oviedistas, esta es una crónica aproximada de los hechos:

DOMINGO 10. En medio del fragor del lanzamiento multitudinario en Coronel Oviedo, Blas Llano, un aliado leal de Lino Oviedo, negociaba un acuerdo con la cúpula de Unace, específicamente con la viuda Raquel Marín, Ariel Oviedo y Jorge Oviedo Matto.

En medio de polcas y vítores a la dupla, Llano y Enzo Cardozo hablan con Efraín y le comunican su plan con oviedistas. Incluso ya tenían el dictamen jurídico favorable a la alianza electoral que implicaba entregar la cabeza del candidato a vice, Rafael Filizzola. Alegre se retira enojado porque estaban negociando a sus espaldas. Las idas y venidas continuaron el domingo a la noche, pero con la clara posición de Alegre, quien alertó de la inconveniencia de cambiar la chapa a dos meses de las elecciones.

LUNES 11. Efraín decidió tomar el control de la negociación con Unace, atizado por los efrainistas para evitar que Llano sea el único interlocutor. Con Rafael mantuvieron una tempranera conversación privada con los Oviedo. De allí Efraín salió menos duro, persuadido de la conveniencia del acuerdo a pesar del alto costo de la desarticulación de la chapa.

Tras esta conversación, dieron el paso en falso que desató rumores y burlas: "No estamos presentando hoy la inscripción de la dupla a pedido muy especial de la señora Raquel Marín, por el Partido Unace, quien nos pidió unas conversaciones a los efectos de ver si podemos conformar un acuerdo", dijo Efraín en el TSJE.

A la noche, en febriles negociaciones, ya convencidos de la imposibilidad del acuerdo por razones jurídicas que impedían a Ariel Oviedo ser candidato, Llano, Saguier, los Franco y Unace seguían presionando a favor del pacto alegando la viabilidad jurídica por la vía de los hechos. Allí Alegre y Desirée Masi se plantan y aclaran que una cosa es Ariel Oviedo como candidato, un peso pesado por ser el hijo del líder desaparecido, pero otra el desconocido sobrino Lino Oviedo cuyo único mérito es tener el mismo nombre del líder o Clarisa Marín, la senadora muda cuyo único mérito es ser la hermana de la viuda. Eso era capitular totalmente. Filizzola se mantuvo más cauto en su posición teniendo en cuenta su delicada situación. En la madrugada del martes, Llano y Saguier abandonan la residencia Filizzola enojados por el fracaso. El día siguió con aclaraciones y el miércoles se anotó la dupla.

LO QUE SE VIENE. El PLRA cometió graves errores. El cuestionamiento intrapartidario no es que Llano haya planteado un acuerdo sino la forma torpe y pública. Unos dicen aconsejados por el asesor internacional. Otros que fue idea de Llano buscando el impacto. Fue el peor paso en falso, porque manosearon a su candidato y abrieron dudas sobre su fortaleza electoral. A pesar de la falta de acuerdo, siguen negociando el voto útil oviedista, ya que Unace medirá chances de su insulsa chapa de emergencia y si le va mal podría pactar a cambio del cogobierno.

Con Avanza País se cerraron las compuertas a pesar de la buena predisposición de los Ferreiro, que están atados al P-Mas, que teme diluirse si acuerda con Alegre.

Este paso en falso obligó a los liberales a mirarse y enmendar errores. Decidieron aplicar más tensión a la campaña muy de bajo perfil. En sintonía con el golpe de timón, ayer Alegre acusó a Cartes de narcotraficante al decir que el 21 de abril "caerá el cargamento narco más grande de la historia del Paraguay". Otra línea a remendar es la reconciliación con los caudillos a los que se abandonó por privilegiar el voto independiente y de izquierda. En este punto, está bajo la lupa del jefe de campaña, Rubén Ocampo. Otro punto es aprovechar las buenas acciones del gobierno.

Los liberales saben que el buen negocio de ser segundos se acaba y que una derrota estando en el poder es la regresión, cuyo final más catastrófico es el camino inexorable a la extinción.





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