Tras realizar un análisis comparativo entre nuestros ciudadanos y gente de países más desarrollados, llegamos a la misma conclusión del presidenciable Horacio Cartes: “necesitamos una educación de calidad para el desarrollo y la competitividad”. La base del desarrollo social y económico debe estar sustentado por la educación de calidad, porque este permite formar hombres y mujeres que no sólo puedan responder a los nuevos avances tecnológicos que necesita incorporar las empresas para su desarrollo, sino para generar recursos que permitan el desarrollo sustentable e ir creando todo aquello que nos lance como país hacia la apertura de nuevos mercados.
No está demás decir que la educación nos permitirá “avanzar, crecer y vivir mejor”. Es algo probado que la educación hace que crezcamos como personas y permite la justa estructuración de la sociedad. Y tras conseguir armonizar todos los engranajes sociales, dignificando cada vez más al ser humano que compone la sociedad, lograremos avanzar siempre hacia un creciente desarrollo, pero sin olvidar los buenos valores; y la seguridad de que esto será así nos da el mismo presidenciable: “con la ayuda de Dios, construiremos un nuevo Paraguay”.
El gran interés por la educación de calidad, por dotar a los paraguayos de verdaderas instituciones educativas (escuelas, colegios, universidades y centros de especialización); se hace real en el enfoque que le está dando Horacio Cartes a este ideal educativo como medio para conseguir un desarrollo integral.
Según los detalles acerca de la dura realidad que afecta a nuestro país actualmente en materia de educación, hay que tener en cuenta estos datos: de cada 100 niños e ingresan al primer grado poco más de 30 terminan la secundaria. La población de 15 a 18 años tiene promedio de 7 años de estudio, de los 9 años necesarios. Esto es lo que podría considerarse con justa razón “cultura del fracaso”.
En palabras del candidato a Presidente de la República Horacio Cartes, “Las caras del problema son: baja calidad de la educación, la tecnología que no está al alcance de los estudiantes, ni de los docentes y los mismos tienen baja calidad en formación y preparación; la educación no es gratuita y la infraestructura es carente”. Tenemos que ser conscientes de esta realidad, pero no quedarnos solamente con la percepción, sino partir inmediatamente a la acción para poder subsanar esta problemática; y en esto se está empeñando desde ahora el señor Horacio Cartes.
“El patrimonio que tiene hoy Paraguay es su juventud, por eso, la educación debe ser la batalla más importante y la más difícil”.
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