La intendente municipal de Ciudad del Este se vio en apuros y creyó hacer
un juego de cintura para engañar nuevamente a la población, presentándose como
la imagen de la bondad junto con su corrupto cuñado Justo Zacarías.
Supuestamente dice haber recibido el dictamen de la Contraloría General de
la República con relación a la exoneración de impuestos y tasas a la
Universidad Nacional del Este. Y ¿cuándo la Contraloría hará intervención
también en la rosca mafiosa del clan Zacarías?
Es ridícula la posición de Justo Zacarías cuando dice: “el único problema
que existe es la interpretación de la ley”, negando que haya habido un
componente político electoral y sí un apego irrestricto a las normas. ¿Este
apego irrestricto a las normas también le obligó al clan Zacarías a “coimear” y
dejar sin sueldo a cientos de funcionarios municipales a fin de impedir la
auditoría de la familia real?
“Gracias a un dictamen de la Contraloría, la ley 250/93 taxativamente dice
que las Universidades no pueden pagar impuestos y tasas, en cambio hay un
contrasentido con lo que dice la Constitución Nacional en el art. 168 inciso 5,
en donde establece que las Municipalidades deben cobrar tasas por
servicios efectivamente prestados”. Y si existía esto, ¿cómo se explica que
la intendente ignorase este dictamen que ya es de 1993? Una sucia jugada
política para que la comunidad universitaria deposite en el clan Zacarías su
confianza.
El único interés que tenía Sandra era en recaudar más para la campaña
política del clan Zacarías Irún, rosca de mafiosos a quienes sólo les importa
desangrar todo lo que encuentran a su paso a fin de aumentar sus riquezas.
Hablan de respeto a las normas con una hipocresía extraordinaria, pero la
ciudadanía sabe perfectamente que al clan Zacarías lo único que le interesa es
robar y robar. Así de simple.
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