Existe un importante artículo contemplado en la Constitución Nacional que
reza cuanto sigue: “El Estado protegerá y promoverá la salud como derecho
fundamental de la persona y en interés de la comunidad” (Art. 68). Este
planteamiento legal hasta ahora no tuvo una concreción real en nuestro País y
¿cómo pretendemos salir adelante si este servicio elemental encuentra negativas
o trabas constantes? Acá funcionan las cosas de este modo: “mi hijo se enfermó”
¿lo llevo al Hospital directamente? Puedo hacerlo, pero lo más seguro sería
llevarlo a la Municipalidad o a la Gobernación.
Bueno, podemos pensar que el Estado, a través de estas instituciones está
cumpliendo lo establecido en la Carta Magna; pero la realidad no es esa. Si nos
enfermamos y no tenemos un padrino político, muerte segura nos aseguramos. Esta
es la triste realidad. Es lamentable que todavía estemos haciendo depender
nuestro derecho fundamental a la salud de algún “tobillo político”.
“Nadie será privado de asistencia pública para prevenir o tratar
enfermedades, pestes o plagas, y de socorro en los casos de catástrofe y de
accidentes” (Idem). Tal vez en los casos citados en este parágrafo se cumpla
algo, porque ya sería el colmo negarle incluso a las personas afectadas los
primeros auxilios. Esto es lo que pensamos, pero la realidad es diferente.
Por eso, es urgente que los servicios de salud sean para todos los
paraguayos; porque “Toda persona estará obligada a someterse a las medidas
sanitarias que establezca la ley, dentro del respeto a la dignidad humana”
(Idem). Pues bien, como dice Horacio Cartes: “Es lamentable que en cada
distrito haya que mendigar por salud o tenés que llamarle a un padrino político
para que te atiendan, yo eso ya no soporto más”. Porque hasta ahora, los
paraguayos solamente fueron obligados a someterse a la politización de
servicios elementales como los de salud y otros; sometidos a mendigar favores
políticos para lo que fuere. Basta de padrinazgos políticos para servicios de
salud, este servicio no puede ser prioridad de ahijados nomás, sino de todos
los paraguayos y paraguayas.
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