jueves, 18 de octubre de 2012

De la pobreza a la miseria en Paraguay

El alto índice de pobreza que afecta a los ciudadanos y ciudadanas del Paraguay, repercute principalmente en los niños, que según el informe de Unicef llega al 45%. Este resultado debe preocuparnos, porque es urgente un cambio radical para que el País pueda superar esta situación que está martirizando a las familias paraguayas. Y esto debido a varios problemas que vinieron azotando a la gente desde ya hace varios años, entre estos ocupan los primeros puestos la corrupción generalizada de las entidades gubernamentales y la falta de interés de los gobernantes por el pueblo.

A diario nos cruzamos por las calles con los rostros de la pobreza, mientras que varios dirigentes políticos solamente se ocupan de gestionar sus propios intereses, y en el peor de los casos hasta bloquean los buenos proyectos que alguno de ellos capaz presente, pero como es de un determinado partido no recibe el apoyo correspondiente. Esto sucede para impedir que un determinado partido o movimiento político haga algo positivo a favor del pueblo, pero mientras todos ellos crean un altercado por intereses personales, el pueblo paraguayo agoniza en la extrema pobreza.

Lo que es más desesperante todavía es salir a las calles y encontrar a niños haciendo trabajos informales, y si no consiguen ganar lo suficiente, les espera castigos verbales y hasta golpes en casa. Este problema reclama una urgente solución, que no puede consistir simplemente en la organización de comilonas para que la Prensa publique fotos de políticos en medio de estos niños, como lo vienen haciendo algunos de nuestro medio. Sino, que se necesita un cambio radical que incluya los sectores de la educación, la salud y el trabajo; y que sobre estas bases se construyan todo el edificio social siempre fijando el centro de todas las acciones a la persona en cuanto tal, y no considerándola como medio explotable.

Si en el 2008, los datos demostraron que de los 6 millones de habitantes, 35,1 % vivían en la pobreza y un 18,8 % en la extrema pobreza. Y de ese momento a este no mejoraron mucho las cosas, es más, según otros datos inquietantes revelados por Unicef, la tasa de “las peores formas” de trabajo infantil es del 19,4 por ciento, lo que incluye a los "niños de la calle" y a los "carriteros", "expuestos a los peligros del tránsito vehicular, la violencia y las enfermedades infecciosas de toda índole" pues hurgan en la basura sin protección. No sólo hurgan basura, sino que muchos se alimentan de los restos comestibles que encuentran entre estos desechos.

El 54 por ciento de la población infantil de Paraguay, de 2,4 millones, se concentra en Asunción y sus alrededores, aunque eso no garantiza mayor acceso a servicios básicos, advierte el informe, en cuya presentación participó también la ministra de la Niñez y la Adolescencia. Asunción y el Área Metropolitana da lugar a la proliferación de barriadas marginales, particularmente en zonas bajas y bañados de la capital, donde se concentran las familias más pobres.

Para colmo, en el área urbana hay déficit cuantitativo de 71.802 viviendas, es decir el 73 por ciento de la demanda total en todo el país, según el estudio, que revela que la desnutrición crónica afecta al 17,5 por ciento de los menores de cinco años. Según los datos revelados.

Esto nos debe hacer pensar muy bien en la hora de elegir a nuestros representantes y ver quién se propone a realizar un cambio radical, la persona que no sólo promete sino que desde ya se compromete y prioriza la educación y la salud, considerando la necesidad de cambios estructurales reales. El Paraguay tiene que encaminarse hacia un nuevo rumbo.




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