El diccionario que utiliza Fernando Lugo no contiene importantes palabras
como: “Dios”, “Patria” ni “Familia”.
Lugo trató de engañarle a Dios
Fernando Lugo pretendió una verdadera obra diabólica al intentar engañarle
a Dios. En su época de obispo, utilizaba su misma catedral y las parroquias
para predicar al pueblo humilde sobre lo que él llamaba “el paraíso en la
tierra”; pero este paraíso era una mentira para el pueblo y para él se
concretaba en otras cosas como lo veremos.
El “paraíso” para Lugo era la utilización de la Iglesia Católica para
satisfacer sus instintos sexuales desordenados. Aprovechó del silencio de
algunos amigos suyos de la cúpula episcopal que nunca tuvieron el coraje de
denunciarlo, para tener comida gratis, viajes al exterior, y a las desesperadas
doncellas y no tan doncellas que acudían a él.
Lugo no tiene Patria
Fernando Lugo sigue con afirmaciones como: “se interrumpió el proceso de
cambio”, “nos sacaron del gobierno porque estábamos con los pobres”...entre
otras expresiones que repite como un loro borracho, y que ni siquiera ya sus
seguidores le cree del todo. Porque a la gente seria no le conviene seguir las
mentiras de este hombre, porque sus actos demostraron que no le importa el
pueblo ni los pobres, porque en vez de presentar proyectos a favor de estos
estuvo recorriendo países extranjeros dándose el lujo de tener 4 años de
vacaciones.
El delirio de Lugo y su irresponsabilidad llegó a su límite cuando afirmó
de que podría ser otra vez candidato a presidente de la República pese a que
está prohibida por la Constitución. Recordemos que Lugo se sometió al juicio
político establecido en la misma Constitución hace un tiempo y ahora pretende
violar la misma de un modo irresponsable. ¿Qué pretende? Seguir burlándose de
la gente que aún confía en él.
Lugo no tiene familia
Viviana Carrillo (primera), Benigna Leguizamón (segunda), Hortensia Morán
(tercera) y Narcisa (cuarta). Estas cuatro mujeres presentaron acciones
judiciales reclamando la asunción de la paternidad de Lugo y provocaron un
escándalo en todos sus sentidos.
Así, gracias a Fernando Lugo, el Paraguay estuvo sobre el tapete
internacional y no fue por un avance en la educación o en el sistema de salud
pública sino por la irresponsabilidad en la vida privada del presidente.
Lugo no tiene familia, porque trajo a la vida a estos pobres inocentes y en
el momento de darles nombre armó una verdadera trifulca.
Este personaje es sumamente peligroso a quien no hay que perderlo de vista,
al menos mientras siga con vida, por la sencilla razón de que para él no
cuenta: ni Dios, su patria ni mucho menos su familia, por ende no tiene nada
que perder.
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