jueves, 11 de octubre de 2012

Las obras hablan más que las promesas vacías

No es la primera vez que Lugo es llamado un “clavo”, “bulón” o “puñal” en otro tiempo; pero el pueblo no olvida el daño grave que hizo gobernando tan irresponsablemente nuestro País, poniéndonos incluso en el límite de perder nuestra soberanía como nación.

Pero esto era lo último que le importaba al destituido presidente. Sin embargo, es muy importante entender que desde los cobertizos sigue manifestando como pidiendo compasión y tal vez logre despertar interés en las crónicas oscuras, porque durante su gobierno no mostró ninguna clase de luz; ni siquiera usando toda la energía de Itaipú logró blanquear su intrigada vida, siempre metida en escándalos que lo pusieron en primera plana incluso en periódicos internacionales. Su modo de gobernar era del feudo ante quien el pueblo debería arrodillarse, porque pensaba, que dando la ración diaria solucionaría los problemas sociales, como la pobreza. Entonces, acá entra muy a fondo esta afirmación: “la pobreza no se soluciona con parches”.

Nadie sale de la pobreza porque le dan un plato de comida a diario, sino dándole a la gente, aparte de sus necesidades primarias, una debida preparación e infraestructura para poder, no sólo mantenerse, sino llegar a elevar el nivel de vida. Otro elemento importante para poder salir de la pobreza es el realce de la moral de la gente.

 Últimamente, muchos compatriotas nuestros salieron de sus tierras en busca de prosperidad en tierras extranjeras y tal vez la causa esté expuesta a simple vista, pero nos impiden verla la nebulosa en que nos introdujeron tantas promesas incumplidas, que ahora hemos perdido esa confianza sincera que nos caracterizaba. Por eso, es necesario empezar a pagar las deudas sociales e ir construyendo antes que llenar otra vez al pueblo de promesas vacías.

Esto caracteriza al presidenciable Horacio Cartes, porque antes luego de prometer ya se empeña en la realización de obras concretas, porque son éstas las que devolverán la confianza al pueblo y el amor a la Patria. Todos estamos llamados a un abrazo fraterno y solidario, porque sólo estos vínculos pueden nutrirnos de fortaleza para construir un Paraguay donde hombres y mujeres podamos vivir en paz y armonía.

Estamos empezando una etapa donde la concreción de los proyectos irán de la mano con las ideas precedentes, y las promesas no serán otra que cumplimiento inmediato; porque solamente este modo inteligente y rápido nos hará alcanzar un desarrollo que nos permita erradicar la pobreza que nos afecta bajo sus diversas formas.

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