Es lamentable que los dirigentes de turno se pavoneen con el hecho de que
tengamos una de las hidroeléctricas más grandes del mundo, y que en nuestras
calles nos crucemos a diario con niños que ni siquiera tienen ánimo para
correr, que nuestras plazas estén pobladas de mendigos y drogadictos, por
personas que siempre reciben el rechazo de la gente y el total abandono de los
gobernantes. Estas son realidades que deberían de avergonzarnos y motivarnos a
decir ya “basta” a este sistema que va destruyendo los sueños, las vidas y las
esperanzas de miles de personas en Alto Paraná.
Desde hace varios años venimos arrastrando esta falta de desarrollo de
algún proyecto social que evite que tantas personas vivan en la marginalidad,
entre ellos pobres niños que viven tumbados en el suelo como si fueran cosas.
Esto representa un contraste muy grande con el aire triunfalista que algunos
intentan encender alvidando al pueblo humilde que se arrastra por las sucias
calles de la ciudad en busca de algún despojo.
Miles de jóvenes viven en esta zona del país sin oportunidad de acceder a
un trabajo digno, por eso se multiplican los trabajos informales, porque gran
parte de ellos no tienen la oportunidad real de proseguir una carrera técnica o
universitaria. Y por ser una zona eminentemente comercial se debe enfatizar en
la política educacional, porque ésta garantizará el acceso a un mercado más
competitivo y generará mejores opciones de vida. Es un dato real a tomar en
cuenta, que los países que más invierten en educación son los países con mayor
crecimiento económico y desarrollo humano.
Un proyecto que responda a las necesidades que estamos mencionando debe
partir de los organismos de gobierno, ya sea departamental o del mismo Estado,
creándose así un mayor acercamiento al pueblo que no guarda ninguna relación
con un asistencialismo que denigra y crea una cultura mediocre. Esta asistencia
y acercamiento debe servir para dignificar la vida de los ciudadanos, tanto del
obrero, del campesino, el agricultor, el estudiante, las amas de casa como
todos los demás integrantes de la sociedad.
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