lunes, 26 de noviembre de 2012

Planificar el nuevo rumbo


Desde hace ya varios años venimos sufriendo las consecuencias de las improvisaciones en la política, principalmente en los estamentos gubernamentales donde todo funcionaba con un estilo que rayaba a la irresponsabilidad. Y es evidente la necesidad de planificar las cosas, de lo contrario se sumerge al país en un estado de crisis, donde el pueblo humilde se lleva siempre la peor parte , porque tiene que pagar los platos rotos de los gobernantes.

Felizmente, ese periodo de procedimientos inmaduros conscientes o inconscientes llegó a su fin y tiene inicio una etapa totalmente nueva en la historia política del Paraguay. Este nuevo modo de encarar la realidad es basado en una postura de cambio y no simplemente de modificación. Por eso, en el proyecto “nuevo rumbo” se habla de cambio estructural, por lo tanto, se deduce que el proyecto es cambiar la realidad, no sólo maquillarla y hacerla un poco más presentable.

En el nuevo rumbo se colocan nuevos fundamentos a la realidad y el mismo edificio del Estado se está planificando, con la asistencia técnica de expertos; esto hace entrever la seriedad con que se está tomando las riendas del país. Porque es innegable nuestra actual situación de casi ingobernabilidad, entonces urge este planteamiento para poder superar esta penosa travesía.

Todos los problemas están siendo cuidadosamente estudiados por gente que trabaja de día y de noche, planificando las soluciones y algunas de ellas ya se van poniendo en acto. De este modo se produce algo insólito en la política paraguaya: la planificación. Y un segundo hecho que crea una revolución en el viejo paradigma político: el discurso a través de las obras.


No hay comentarios:

Publicar un comentario