martes, 13 de noviembre de 2012

Poder es servicio y la política no es administrar realidades


El planteamiento profundo y al mismo tiempo muy acertado del Sr. Horacio Cartes refleja claramente el regreso al sentido original de la palabra “poder”, de la que muchos se apropian para cumplir fines totalmente contrarios y hasta perjudiciales a quienes se aplica.

El poder no es un fin en sí mismo, sino un medio para asegurar la felicidad y la prosperidad del pueblo”. Acá notamos que el fin se coloca en el orden del servicio a fin de perseguir aquellos objetivos que beneficien al pueblo en general, que le asegure a este un desarrollo y lo lleve a dignificar la vida de cada hombre y mujer que conforma la ciudadanía de un país.

El poder por el poder corrompe el carácter y desvirtúa los fines de la política”. El sistema de gobierno que se oriente hacia la única finalidad de adquirir y aumentar el poder, que nace precisamente del hecho de ocupar un cargo gubernamental. Un dirigente político necesita tener el poder, pero comprendiendo que éste significa “servicio” y se puede agregar también la búsqueda del bien común, como un principio que unifique la diversidad de modos de ejercer el poder-servicio.

Otra importante consideración es la falsa concepción de la política como “administración de realidades”, porque no tiene un sustento real esta consideración, pues la simple administración de las diversas realidades no lleva ninguna parte, es más esto hasta puede estancar y empeorar la misma realidad que se pretende administrar.

El objetivo que debe perseguirse y realizarse es transformar las realidades, solamente así lograremos un país diferente, un Paraguay renovado y fortalecido, donde todos puedan tener una vida digna y garantizar bases de prosperidad y felicidad del pueblo paraguayo.


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