La vieja estructura política que ha venido constituyendo una verdadera
lacra en la sociedad paraguaya es responsable de la mayoría de los problemas
que nos acucia, y que impiden conseguir cambiar el mismo nivel de vida de las
personas. Aunque buenas intenciones se alcen como un reclamo al cielo, es
imposible aspirar a una cambio real mientras estemos sometidos bajo la
ignorancia.
Sin embargo, como hemos afirmado en el título: “un pueblo ignorante es
fácil de gobernar”, este es el eje central del viejo paradigma político, porque
mientras el pueblo se mantiene en la mediocridad se le puede vender todavía
espejitos de colores, pero cuando empiece a razonar, allí caerán muchos y
variados viejos zorros.
Debemos ser conscientes de la propuesta política de los que incurren en
esta área, porque un sistema que no promueva fuertemente la educación esconde
todavía la intención de mantener al pueblo en la oscuridad. Así un ciego
intencionalmente seguirá esclavizando al pueblo, porque el guía aparentará
también ser del mismo costal para conseguir la aceptación de todos, mientras
los segundos son reales, el primero usará una falsa escaramuza.
El verdadero gobernante de un pueblo debe invertir en la educación de la
gente, así se crea una sociedad pensante, una clase consciente y que colabore
de un modo más directo con el cambio de la estructuras, eligiendo aquellas que
edifican y desechando las que atrofian el deseado desarrollo. ¿Por qué un
gobernante no invierte en modo serio en la educación? La respuesta está en el
título de este artículo.
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