La primera consideración que tenemos ante la propuesta de hacer menos con
más es que no existe un equilibrio entre mano de obra empleada o el total de
trabajo y el resultado que se genera. Y el desarrollo de las políticas públicas
suele evaluarse en base a cuántos empleos genera. Ahora la pregunta es: ¿la
multiplicación de empleos podría ser desfavorable a la economía de un país?
En época electoral es muy común entre los candidatos presidenciales
eslóganes como “No hay mejor política social que el empleo”. Entonces, este
objetivo común debería responder ya a la pregunta planteada en forma negativa,
porque la mayor generación de empleos contribuye al mejoramiento del nivel de
vida de la sociedad. Sin embargo, queda un tema bastante controvertida: los
intereses personales de los gobernantes no siempre coinciden con los intereses
comunes de la sociedad, pero ¿un gobernante tiene el poder para satisfacer sus
intereses personales?
Si el objetivo de la generación de empleos es únicamente la obtención de
riqueza, la multiplicación de empleos juega un papel contrario. Por ejemplo, si
se intenta construir un canal hídrico, lo más rápido y barato será hacerlo con
excavadoras; sin embargo, los gastos aumentarían considerablemente y se
tardaría más si se contratan obreros que construyan dicho canal con palas. El
primero favorece el interés personal de un grupo reducido de personas, mientras
que el segundo involucraría un sector más amplio de la sociedad.
Uno de los problemas principales en nuestro país es la falta de empleo,
pero al mismo tiempo vemos que el enriquecimiento del sector empresarial va en
aumento. Ante esta realidad cabría preguntarnos si cuál es el objetivo de este
sector empresarial y si existe una política social que englobe a la totalidad
de los habitantes de nuestro país. Claramente estamos viendo que acá se está
aplicando el principio de “hacer más con menos”, esto sería hacer más con menos
trabajadores. Porque el hacer menos con más trabajadores, crearía más empleos
pero destruiría la riqueza.
¿Cómo resolver este problema? Por un lado el progreso de la sociedad que
depende de la creación de más fuentes de trabajo y por otro los intereses de
los grandes empresarios que pretenderán más riquezas con el menor número de
trabajadores.
Únicamente una política social que atienda a nuestra realidad podrá
resolver este problema, por lo tanto, tiene que ser una política que lleve el
desarrollo a los productores rurales y que estos sean capacitados para tener
acceso también a los nuevos avances tecnológicos, porque una política que
olvide el campo no funcionó ni va funcionar en nuestro país, porque nuestra
fuente de desarrollo está todavía en el sector rural muy olvidado hasta ahora.
Pero surgen propuestas nuevas que están priorizando este sector, por lo tanto,
tenemos que ir haciendo nuestra elección.
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