lunes, 4 de marzo de 2013

Vendido

De: Enrique Vargas Peña

El viernes a la noche salí a cenar. Fui a un lugar recomendadísimo, “Para Cuando La Vida”, y al llegar me encontré con Desirée Masi, Rafael Filizzola y Efraín Alegre, que estaban cenando allí.

Luego de saludarnos, Desirée me dijo, palabras más, palabras menos, algo así como “por fin saliste del clóset”, expresión que se usa generalmente cuando una persona asume públicamente su condición de gay y, por asociación, cuando una persona asume públicamente una posición que tenía guardada.

Se refería a la explicación que di, en la 9.70 AM (www.radio970am.com.py) el mismo viernes, durante mi programa “Tarde De Perros”, sobre la razón por la que ahora siento animadversión hacia la Alianza Paraguay Alegre.

Rafael me dijo, siguiendo la línea trazada por Desirée, algo así como que a partir de esa explicación mía las cosas volvían a estar bien entre nosotros pues antes, “mientras trabajabas para Horacio Cartes venías a nuestras reuniones”.

A raíz de esa conversación del viernes a la noche, con amigos a los que quiero mucho, me pareció pertinente escribir este resumen de lo que dije en la radio el viernes a la tarde.

Y lo que dije fue que siendo yo liberal por haberme convencido de las ventajas del liberalismo tras muchas lecturas y muchos ejemplos, yo creo firmemente y desde hace demasiados años en algunas cosas entre las que se cuentan el pluralismo y la participación popular.

Señalé que por meses reclamé que el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) del que soy miembro definiera sus candidaturas sobre el pluralismo y la participación popular, ideas centrales del liberalismo, pero que sus líderes optaron, en cambio, por un acuerdo de cúpulas para definirlas y que las elecciones que se realizaron finalmente fueron pluralistas solamente porque los excluidos de ese acuerdo de cúpulas no se resignaron y por ninguna otra razón.

Y dije que, por otra parte, la Asociación Nacional Republicana (ANR) no dudó en ir a elecciones pluralistas y no hizo acuerdo de cúpulas para restringirlas y que por eso, porque actuó de acuerdo con las cosas que yo creo firmemente, me sentí en ese momento más proclive a simpatizar con la ANR que con el partido del que soy miembro.

A partir de ese momento, en las redes sociales, especialmente en Twitter y en Facebook, los operadores de la Alianza Paraguay Alegre empezaron a calificarme de vendido. Como no pueden atribuirme ni encontrarán ninguna mentira en mi desempeño periodístico, me tratan de vendido a Horacio Cartes.

Según ellos, yo debí renunciar a actuar de acuerdo con las convicciones firmes que tengo hace muchos años sobre el pluralismo y la participación popular para apoyar acuerdos de cúpula con el solo argumento de que el partido del que soy miembro lo hizo y sin importar que eso es lo contrario de lo que yo siempre he creído.

Según ellos, yo tenía que actuar como una oveja obediente y no deliberante y debía quedarme en el potrero que me asignaron.

Por no hacerlo, por elegir ser fiel a lo que creo desde siempre, la maquinaria propagandística de la Alianza Paraguay Alegre me califica de vendido desde hace meses. Todos los días, en todos los lugares, sin tregua ni descanso. Cualquiera puede notarlo en las redes sociales y en el discurso público de la Alianza.

Y encima, además, todavía, esperan que tratándome sistemáticamente de vendido les tenga simpatía, no sienta animadversión hacia la Alianza Paraguay Alegre.

Pues siento profunda animadversión hacia un equipo incapaz de respetar las convicciones ajenas y que eligió el camino de los acuerdos de cúpula en lugar del pluralismo y la participación popular. No tengo por qué no sentirla.

También tengo la convicción de que la amistad implica conocer al amigo y saber las cosas que cree. Por eso me sorprende que Efraín, Rafael y Desirée piensen que estoy vendido y que hayan autorizado que sus empleados me ataquen.

Fuente: http://bit.ly/WAPZp0

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