El “manager en venta de buzones y en construcciones de carreteras
fantasmas” pretende confundir una vez más a los paraguayos con las fraudulentas
publicaciones en periódicos, donde paga espacios para publicar su ficticia
popularidad. Porque, como dice el dicho: “lo que viene de abajo no golpea”, el
Efraín pretende hacernos creer que lidera las intenciones de voto a nivel
nacional, sin embargo, en los sondeos reales no supera el 23%.
Pretenden los publicistas de Alegre instalar su figura en la cúspide presentándolo como un exitoso en gestiones administrativas, pero la realidad es totalmente distinta. El ex ministro del MOP es un simple producto publicitario, que dejó arruinado el Ministerio que robó descaradamente con su compadre Lugo.
Algunos intentan presentarlo como el reconstructor del Paraguay, empero el Sr. Alegre entristece con los informes que personas allegadas a él pasaron post “expulsión” de éste. Es cierto, el presidenciable liberal inauguró muchísimas obras que fueron planificadas, licitadas y puestas en marcha durante el gobierno anterior, pero cuando el estuvo licitó muchas pero que nunca fueron puestas en marcha.
Mencionemos el llamativo caso de la ruta Caaguazú-Yhú-Vaquería, que lleva el nombre bastante popular de “Ruta de la Mentira”, cuya licitación fuera adjudicada a su “amigo” Luis Sarquis, quien se alzó con no menos de 8 millones de dólares sin colocar una sola pierdra.
Un alto funcionario del MOPC le dijo a NOVA no hace mucho que el “método Alegre” consistía en licitar obras masivamente para de esta manera conseguir que intendentes y dirigente de la localidad beneficiada con la misma se sumaran a su movimiento. Debido a la celeridad de los procesos licitatorios generalmente se incurría en “olvidos” que luego hacían imposible llevar adelante los proyectos, como por ejemplo, no librar las franjas de dominio.
En una entrevista radial, el senador Kalé Galaverna, declaró que Alegre obligaba a los contratistas del ministerio a comprar bonos de su proyecto político. “Todos dicen que inauguró obras pero nadie puede decir cuáles” dijo el dirigente colorado.
Bueno, el constructor de carreteras fantasmas se ganó otro título y es “el vendedor de buzones”. Porque tanto a él como a Rafael Filizzola nadie les votó. Efraín Alegre carece de respaldo real, es el producto de un pacto y su aparente popularidad es un desecho laboratorial.
Pretenden los publicistas de Alegre instalar su figura en la cúspide presentándolo como un exitoso en gestiones administrativas, pero la realidad es totalmente distinta. El ex ministro del MOP es un simple producto publicitario, que dejó arruinado el Ministerio que robó descaradamente con su compadre Lugo.
Algunos intentan presentarlo como el reconstructor del Paraguay, empero el Sr. Alegre entristece con los informes que personas allegadas a él pasaron post “expulsión” de éste. Es cierto, el presidenciable liberal inauguró muchísimas obras que fueron planificadas, licitadas y puestas en marcha durante el gobierno anterior, pero cuando el estuvo licitó muchas pero que nunca fueron puestas en marcha.
Mencionemos el llamativo caso de la ruta Caaguazú-Yhú-Vaquería, que lleva el nombre bastante popular de “Ruta de la Mentira”, cuya licitación fuera adjudicada a su “amigo” Luis Sarquis, quien se alzó con no menos de 8 millones de dólares sin colocar una sola pierdra.
Un alto funcionario del MOPC le dijo a NOVA no hace mucho que el “método Alegre” consistía en licitar obras masivamente para de esta manera conseguir que intendentes y dirigente de la localidad beneficiada con la misma se sumaran a su movimiento. Debido a la celeridad de los procesos licitatorios generalmente se incurría en “olvidos” que luego hacían imposible llevar adelante los proyectos, como por ejemplo, no librar las franjas de dominio.
En una entrevista radial, el senador Kalé Galaverna, declaró que Alegre obligaba a los contratistas del ministerio a comprar bonos de su proyecto político. “Todos dicen que inauguró obras pero nadie puede decir cuáles” dijo el dirigente colorado.
Bueno, el constructor de carreteras fantasmas se ganó otro título y es “el vendedor de buzones”. Porque tanto a él como a Rafael Filizzola nadie les votó. Efraín Alegre carece de respaldo real, es el producto de un pacto y su aparente popularidad es un desecho laboratorial.
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