Los que lo conocen aseguran que Alegre es un político
de ego gigantesco incapaz de ver la realidad objetivamente. Estas mismas
personas señalan que es ese ego el que lo impulsa a seguir adelante con su
proyecto a pesar de la derrota del 1 de abril.
Otros, se animan a decir que su insistencia en realidad obedece a supuestas “deudas” contraídas tanto durante la campaña como durante su gestión al frente del MOPC. Entre sus “acreedores” se encontraría el poderoso Grupo Eurnekian, al que el por entonces ministro le habría prometido la concesión del Aeropuerto Silvio Pettirossi.
Alguien que lo conoce desde sus primeros años de militancia en el Partido Liberal no duda en afirmar: “Alegre tiene ciertas costumbres en su vida privada que le hacen pensar que todo tiene precio. Es y ha sido siempre un traidor. Él llega a la política de la mano de Blas Llano luego de negarse a combatir la dictadura”. La fuente señala que allá por mil novecientos ochenta y pico, cuando fue invitado a participar activamente en política por Llano, Alegre habría respondido: “Ahora no, cuando muera el tirano”.
Las fuentes consultadas resaltan también su perfil privatista: “Va a contramano de la tendencia de la región. En un momento donde los estados tienen una presencia cada vez más fuerte con el objetivo de garantizar el bienestar de la población y evitar que el sector privado se beneficie a costa del empobrecimiento de la mayoría de los habitantes, el impulsa proyectos privatistas” y concluye: “Alegre representa a los contratistas del estado, a los sojeros, a los propietarios de grandes extensiones rurales, a los ganaderos, y al empresariado nacional”.
El rol de Caballero Vargas
Para muchos, Guillermo Caballero Vargas representa la vieja oligarquía nacional en decadencia que ve en Efraín Alegre la posibilidad de volver al escenario principal y obtener cierta protección política. Además, Caballero Vargas, es el recaudador de Efraín Alegre.
El Encuentro Nacional fue un partido que surgió con el único propósito de evitar el triunfo de Domingo Laíno. Pasadas las elecciones se diluyó.
Alegre en la práctica
Su política de no afectar el orden establecido (injusto por donde se lo mire) se puso en evidencia durante el conflicto por tierras en Ñacunday, donde defendió la posición de los colonos sin querer escuchar ni tener en cuenta los argumentos de los “Sin tierra”, que denunciaban la ocupación ilegal por parte de estos sojeros de origen brasilero de tierras del estado.
Es de público conocimiento que la actual intervención del INDERT confirmó que efectivamente más de 30.000 hectáreas destinadas a la formación de colonias en Ñacunday son hoy explotadas irregularmente por estos colonos que Alegre defendió y defiende a “capa y espada”.
Otros, se animan a decir que su insistencia en realidad obedece a supuestas “deudas” contraídas tanto durante la campaña como durante su gestión al frente del MOPC. Entre sus “acreedores” se encontraría el poderoso Grupo Eurnekian, al que el por entonces ministro le habría prometido la concesión del Aeropuerto Silvio Pettirossi.
Alguien que lo conoce desde sus primeros años de militancia en el Partido Liberal no duda en afirmar: “Alegre tiene ciertas costumbres en su vida privada que le hacen pensar que todo tiene precio. Es y ha sido siempre un traidor. Él llega a la política de la mano de Blas Llano luego de negarse a combatir la dictadura”. La fuente señala que allá por mil novecientos ochenta y pico, cuando fue invitado a participar activamente en política por Llano, Alegre habría respondido: “Ahora no, cuando muera el tirano”.
Las fuentes consultadas resaltan también su perfil privatista: “Va a contramano de la tendencia de la región. En un momento donde los estados tienen una presencia cada vez más fuerte con el objetivo de garantizar el bienestar de la población y evitar que el sector privado se beneficie a costa del empobrecimiento de la mayoría de los habitantes, el impulsa proyectos privatistas” y concluye: “Alegre representa a los contratistas del estado, a los sojeros, a los propietarios de grandes extensiones rurales, a los ganaderos, y al empresariado nacional”.
El rol de Caballero Vargas
Para muchos, Guillermo Caballero Vargas representa la vieja oligarquía nacional en decadencia que ve en Efraín Alegre la posibilidad de volver al escenario principal y obtener cierta protección política. Además, Caballero Vargas, es el recaudador de Efraín Alegre.
El Encuentro Nacional fue un partido que surgió con el único propósito de evitar el triunfo de Domingo Laíno. Pasadas las elecciones se diluyó.
Alegre en la práctica
Su política de no afectar el orden establecido (injusto por donde se lo mire) se puso en evidencia durante el conflicto por tierras en Ñacunday, donde defendió la posición de los colonos sin querer escuchar ni tener en cuenta los argumentos de los “Sin tierra”, que denunciaban la ocupación ilegal por parte de estos sojeros de origen brasilero de tierras del estado.
Es de público conocimiento que la actual intervención del INDERT confirmó que efectivamente más de 30.000 hectáreas destinadas a la formación de colonias en Ñacunday son hoy explotadas irregularmente por estos colonos que Alegre defendió y defiende a “capa y espada”.
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